sábado, 19 de abril de 2008

"Los ojos", de Sully Prudhomme





Negros o azules, todos amados, bellos todos,
ojos incontables vieron la aurora;
duermen en el fondo de las tumbas,
y el sol se levanta todavía.

Las noches, más suaves que los días,
encantaron a ojos incontables,
las estrellas continúan brillando,
y esos ojos se llenaron ya de sombra.

¡Oh! ¡Qué hayan perdido la mirada,
No, no, eso no puede ser!
Giraron hacia algún otro lugar,
hacia eso que llamamos lo invisible;

Y como los astros suspendidos
nos abandonan, pero duran en el cielo,
las pupilas tienen su atardecer,
pero no es verdad que mueran:

Negros o azules, todos amados, bellos todos,
abiertos a alguna aurora inmensa,
del otro lado de las tumbas
los ojos que cerramos aún miran.


LES YEUX//Bleus ou noirs, tous aimés, tous beaux,/Des yeux sans nombre ont vu l’aurore;/Ils dormant au fond des tombeaux,/Et le soleil se lève encore.//Les nuits, plus douces que les jours,/Ont enchanté des yeux sans nombre;/Les étoiles brillent toujours,/Et les yeux se sont remplis d’ombre.//Oh! Qu’ils aient perdu le regard,/Non, non, cela n’est pas posible!/Ils se sont tournés quelque part,/Vers ce qu’on nomme l’invisible;//Et comme les asters penchants/Nous quittent, mais au ciel demeurent,/Les prunelles on leurs couchants,/Mais il n’est pas vrai qu’elles meurent://Bleus ou noirs, tous aimés, tous beaux,/Ouverts à quelque immense aurore,/De l’autre côté des tombeaux/Les yeux qu’on ferme voient encore.

*
En un "Diccionario de autores clásicos" se lee:
''''
René François Armand Prudhomme, conocido como Sully Prudhomme, nació en 1839. Pasó una infancia triste al lado de una madre a la que la viudez volvió melancólica. Fue ingeniero en Creusot; luego, decepcionado por la mecánica, trabajo con un notario hasta que pudo, gracias a una herencia, dedicarse a la literatura, su única vocación. Escribió Estancias y poemas (Stances et Poèmes, 1865).
Integrante de una guardia antidisturbios durante la guerra franco-prusiana de 1870, fue víctima de un ataque de parálisis que le dejó secuelas por el resto de su vida. Una decepción amorosa lo alejó del matrimonio… Este hombre, cuya vida cotidiana fue más bien opaca, tuvo el placer de saber que en todos los salones las muchachas recitaban su célebre poema, El Vaso roto (Le Vase brisé). Tradujo a Lucrecio, precursor de Virgilio, y llevó a cabo un estudio sobre Pascal. Simpatizante de los parnasianos, se negó a ser discípulo de esa corriente, y su poesía intimista le procuró una vasta audiencia. En sus poemas filosóficos intenta reconciliar la conciencia y la ciencia moderna. En 1881, fue elegido miembro de la Academia Francesa y recibió el primer premio Nobel de literatura en 1901. Murió en Châtenay-Malabry en 1907.


(Pierre Ripert, "Dictionnaire des auteurs classiques", 2005).

martes, 15 de abril de 2008

dos de rené char



Estrangulé a mi hermano


Estrangulé
a mi hermano
porque no quería dormir
con la ventana abierta.
Hermana mía
dijo antes de morir
pasé todas las noches
mirándote dormir
inclinado sobre tu resplandor en el vidrio.


-------------------------de Placard pour un chemin des écoliers, 1937.


Yo habito un dolor

No dejes al cuidado de gobernar tu corazón a esas ternuras parientas del otoño del que ella toman su plácido aspecto y su afable agonía. El ojo es precoz para plegarse. El sufrimiento conoce pocas palabras. Prefiere acostarse sin cargas: soñarás con el mañana y tu lecho te será leve. Soñarás que tu casa ya no tiene vidrios. Estás impaciente por unirte al viento, al viento que recorre un año en una noche. Otros cantarán la incorporación melodiosa, las carnes que sólo personifican la hechicería del reloj de arena. Condenarás la gratitud que se repite. Más tarde, te identificarán con algún gigante disgregado, señor de lo imposible.
Sin embargo.
No has hecho más que aumentar el peso de tu noche. Has vuelto a la pesca en las murallas, a la canícula sin verano. Estás furioso contra tu amor en el centro de una comprensión que enloquece. Piensa en la casa perfecta que nunca verás crecer. ¿Para cuándo la cosecha del abismo? Pero has vaciado los ojos del león. Crees ver pasar la belleza por encima de las lavandas negras.
¿Qué es lo que te ha izado, una vez más, un poco más arriba sin convencerte?
No hay sitio puro.

-----------------------------------------------de Le poème pulverisé, 1947.

René Char, "Antología" (Selección y versión de Raúl Gustavo Aguirre). Ediciones del mediodía, Buenos Aires.